¿Empezarás a trabajar en agilidad?

Conoce los valores para trabajar en ella.

Una de las respuestas que están adoptando las empresas frente a los cambios que estamos viviendo es trabajar con agilidad. La agilidad es una filosofía de trabajo, más allá de metodologías y herramientas informáticas que, si bien ayudan a mejorar el trabajo y la productividad, representa una forma de lograr mejores resultados, en un menor tiempo y con mejores relaciones.

El trabajo ágil pasa por conocer e interiorizar cuatro valores fundamentales. Estos valores fueron enunciados a principios de este siglo en el marco del Manifiesto para el Desarrollo Ágil de Software. Sí, provienen de la industria del software, sin embargo, hoy son de aplicación en una multiplicidad de actividades.

Los valores reflejan la importancia y prioridad de unos conceptos sobre otros. Aquí los cuatro valores:

  1. Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas

Si bien los procesos definen formas de trabajar y las herramientas nos ayudan a realizarlas, son los individuos y sus interacciones las prioridades en toda actividad que genera valor. Por un lado, los miembros del equipo trabajando en su proyecto y, por otro lado, los miembros interactuando con el cliente. Para este último, estaremos dispuestos a escucharlo y atenderlo con prontitud y en todo momento. La atención al cliente no sólo será en los momentos iniciales de la definición de sus necesidades, sino en todo el trayecto, hasta la culminación del servicio. 

  1. Software que funciona sobre documentación extensiva

El término “software que funciona” podemos entenderlo como producto/servicio madurado hasta el punto que tiene utilidad o funcionalidad. En este momento, está en condiciones de ser entregado al cliente. Ello siempre será prioritario antes que documentaciones extensas y detalladas que no entregan valor. La documentación será solo estrictamente necesaria y coherente al entregable, es decir, a la medida. El producto/servicio entregado siempre estará al nivel de calidad especificado y acordado con el cliente.

  1. Colaboración con el cliente sobre negociación de contratos

Si bien los contratos se negocian en una etapa inicial, el valor de un entregable final conlleva la satisfacción plena del cliente. Por tanto, cuanto el cliente esté más informado del avance y puede participar para realizar ajustes necesarios en el camino, ¡en buena ahora! La colaboración con el cliente debe estar presente en todo el proceso. No queremos trabajar apartados del cliente para llegar al final con un entregable que no lo satisface, y luego de todo el trabajo realizado, hacer modificaciones que demandan más tiempo y sobre costos.

  1. Respuesta al cambio sobre seguimiento a un plan

Más que cumplir con un plan queremos satisfacer los requerimientos del cliente, tanto de los iniciales como los que nazcan de situaciones cambiantes en su trabajo (de su operatividad interna o variables de su entorno, por ejemplo). Este valor busca que estemos atentos a los pedidos que pueda requerir y adecuarnos con flexibilidad a sus nuevas demandas. En otras palabras, atención al cambio y adaptación.

No olvides que son valores, no metodologías. Tampoco son procesos. Esto lo puedes verificar al notar que no son pasos a seguir ejecutando determinado orden. Tampoco te muestra etapas a seguir rigurosamente. No hay nada de ello. Son más bien consideraciones que debes tomar en cuenta en todo momento y que te brindan un marco para actuar, una filosofía de trabajo.

Ahora que vas a iniciarte en agilidad, te planteo cinco recomendaciones que te pueden servir:

  • Comunícate de manera clara y directa (aprende a comunicarte mejor)
  • Siempre dispuesto a escuchar (desarrolla la escucha activa)
  • Trabaja de manera colaborativa (no pienses solo en tu trabajo)
  • Asume con responsabilidad tu empoderamiento (apaláncate en la disciplina)
  • Mantén una mentalidad de aprendizaje (curiosidad en todo momento)

Ahora, también es cierto que la agilidad no es recomendable en el ciento por ciento de casos, hay trabajos que por sus características escapan a esta práctica. Por ejemplo: actividades de verificación, control, seguimiento y algunas actividades administrativas, etc.

Todo cambio representa también una oportunidad, para las organizaciones y para sus colaboradores. Trabajar como antes, muchas veces ya no alcanza. Hoy necesitamos trabajar de otra manera, con agilidad.

https://agilemanifesto.org/

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